Irma Vitale (1)

Llegué a la pintura pasando previamente por el Diseño y Construcción de Jardines, al cual le dediqué muchos años de trabajo y esmero. Con el afán de mejorar la presentación de mis diseños de Jardines ante clientes  que depositaban en mí la responsabilidad de la creación de sus jardines – en su gran  mayoría, desde cero- decidí mejorar la representación pictórica de los mismos. Así me  inicié en la pintura en el Taller del artista Ricardo Alario, en Marbella. Mediante el uso de diferentes técnicas como el carboncillo, la acuarela, y técnicas básicas de óleo sobre lienzo, pasé al acrílico en mi etapa actual.

El viaje y la naturaleza están en el origen de mi trabajo. La documentación de mis  experiencias vividas en diferentes países  de forma contínua, más las reflexiones y observaciones dan forma a mi pintura. Documento mis viajes tomando instantáneas de paisajes, apuntes y fotografías que una vez plasmados en el lienzo, trasladan al observador de una realidad a otra. 

 

 

 

 

Dibujo y pinto paisajes de diferentes lugares visitados, que por alguna razón captaron mi atención y mis emociones. Ellos me fueron dirigiendo hacia una  línea de trabajo, que en definitiva muestra sendas miradas sobre la naturaleza, no exenta de la influencia ejercida por el diseño de jardines. Donde antes mezclaba plantas de diferentes colores y texturas, luces y sombras dentro de un espacio real, tratando de alcanzar la armonía y belleza del lugar,  ahora, lo plasmo sobre el lienzo con la ayuda del óleo o el acrílico.  

Podría decirse que en una primera etapa, figurativa, realista, trabajé siempre en óleo sobre lienzo, manteniendo como  inspiración el paisaje, la naturaleza y la luz. La idea fuerza en muchas obras es el agua, así como ésta también lo era en los jardines desde las primeras civilizaciones. Llevado al lienzo ésta se convierte en elemento básico y protagonista absoluta. En esta etapa se realza la relación del ser humano con el paisaje circundante mediante la  interacción de la propia experiencia vivida a través de los paisajes visitados, con la realidad. 

En una segunda etapa, dejando un poco atrás los paisajes realistas, hay un intento por adentrarme en el mundo de la pintura contemporánea, en una búsqueda de un nuevo estilo incorporo paisajes urbanos, construidos, o si se prefiere,  arquitecturas vegetales, _combinación de arquitectura y naturaleza_ frente a los anteriores paisajes clásicos pintados siempre al óleo.  

En algunas de mis obras de corte contemporáneo alejado de los tópicos campestres en los que normalmente se apoya el paisajismo clásico, vemos paisajes urbanos construidos,  planos limpios, líneas rectas, geometría, que alejan el trabajo actual, de la producción anterior,  posmoderna de la pintura surgida a finales del siglo XX. Hay un pasaje de una cierta visión romántica (con su punto de nostalgia) en los paisajes clásicos, a  una postura con ciertos principios estéticos modernos. Ya no es la naturaleza bucólica sino, intervenida, el paisaje construido, por lo tanto la huella del hombre en la naturaleza. Un gusto por el minimalismo me inclina a jugar con un solo elemento de la composición e ir variando  su ausencia o su presencia, la aplicación de diferentes colores, que a su vez refleja la existencia de un hilo conductor entre la mayor parte de los trabajos. Es una mirada a lo más cercano, a nuestras experiencias personales, en definitiva, a nuestro propio banco de memoria para transmitir nuestra manera de ver y sentir el mundo, con la esperanza de encontrar algunas certezas para nosotros mismos y complicidades en otras personas que se sientan reflejadas en nuestra manera de sentir. 

Así, la pintura es una hermosa herramienta que puede servir para escaparnos del ruido exterior, concentrarnos en la elaboración, meticulosa o gestual de la obra, para luego llevarnos nuevamente  a nuestro yo. 

 

Irma Vitale 

 

 

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